Saturday 8 August 2015

16 La Yihad Continúa




Mahoma ya era el líder de una fuerza política extremadamente poderosa. Empezó a atacar y conquistar otras tribus alrededor de Medina. Se veían obligados a convertirse al islam o serían asesinados y sus mujeres convertidas en esclavas sexuales. Debido a su poder, atraía cada vez a más seguidores. Otros respondían a la llamada del botín de guerra, algunos querían estar del lado de los vencedores y había quien simplemente tenía miedo de ser el siguiente en el punto de mira.
El Hadiz Sahih Bukhari registra uno de los problemas de los hombres de Mahoma en esa época con las mujeres que capturaban y la respuesta que les dio Mahoma:

B5,59,459 Al entrar en la mezquita, Ibn Muhairiz vio a Abu Said y le preguntó si el coitus interruptus había sido santificado por Alá. A lo que Abu Said respondió: «Cuando acompañé a Mahoma en la batalla de Banu Al-Mustaliq, nos recompensaron con prisioneros árabes, entre los que se incluían varias mujeres que muchos requerían, dado que el celibato se había vuelto una ardua tarea. Habíamos planeado practicar el coitus interruptus, pero nos pareció que deberíamos pedir primero la opinión de Mahoma» (no interesaba dejar embarazadas a las esclavas porque eso reducía su valor en el mercado). Sin embargo, Mahoma dijo: «Es mejor que no interrumpáis la cópula para evitar un embarazo, porque si un alma está predestinada a existir, entonces existirá».

Más allá de la clara falta de humanidad que supone respaldar la captura de prisioneros y la posterior violación de las esclavas, el punto interesante aquí es la insistencia de Mahoma en la predestinación. Los musulmanes usan la frase inshallah con frecuencia, esto se puede traducir como «Si Dios (Alá) quiere». Es decir, nada sucederá si Alá no lo ha planeado previamente. Esto puede no parecer muy importante, pero ha tenido un enorme impacto en las sociedades islámicas. Dado que los musulmanes creen que no morirán a menos que así lo quiera Alá, no tiene sentido tenerle miedo a la muerte. Por esta razón, los musulmanes son muy valientes en las batallas si los comparas con los no musulmanes. La parte negativa de esto es que también hace que sean bastante vagos y poco productivos en tiempos de paz. ¿Para que esforzarse en mejorar las cosas si no crees que dicha mejora sea posible si Alá no lo desea? Es la excusa perfecta en las sociedades islámicas.
- ¿Por qué no has hecho el trabajo que te he encargado?
- Obviamente Alá no quería que lo hiciera.
- ¿Por qué no viniste a trabajar la semana pasada?
- Ese fue el deseo de Alá.
A Mahoma no le interesaba que sus seguidores produjesen cosas, únicamente se centraba en la conquista, para financiar su sociedad con el botín de guerra. Por eso dio forma de un modo muy hábil a la cultura islámica para que estuviera al servicio de este objetivo.
Cuando los académicos estudian el atraso de la civilización y la pobreza hoy en día en los países islámicos, lo habitual es culpar a la agresión y explotación de Occidente. Pero, puesto que la naturaleza de estos problemas es prácticamente la misma en las distintas sociedades islámicas, deberíamos analizar el impacto de las enseñanzas del islam en el progreso humano.

El tratado de al-Hudaybiyah
Mahoma decidió ir en peregrinación hasta La Meca pero los habitantes de la ciudad no querían dejarle entrar, si bien no venía con la intención de pelear.

Extracto de La Sira:
I747 Los habitantes de La Meca enviaron a un hombre para que negociase un tratado con Mahoma. Umar estaba furioso porque Mahoma iba a firmar un tratado con los no musulmanes, dado que eso era una humillación para el islam. Pero Mahoma le dijo que Alá no permitiría su derrota, ganarían a los Quraish. Tenía que ser paciente.

Así que redactaron un tratado para que no hubiera guerra durante diez años, un periodo sin hostilidades y en el que ningún niño se podría convertir al islam sin el permiso de su tutor. A cambio, los musulmanes podrían acudir al año siguiente y permanecer en La Meca durante tres días, si bien no se les permitió el acceso a la ciudad el año en el que se firmó el tratado.
Cuando Mahoma firmó, no lo hizo por el bien de la paz. Sencillamente se trataba de la decisión estratégica de esperar hasta que tuvieran la fuerza necesaria. La paciencia era una de las grandes ventajas en su lucha por conquistar el mundo y sigue siendo una de las piedras angulares de la estrategia islámica en el mundo que vivimos. Podemos comparar esta maniobra con el modo en el que Hitler atacó Rusia mientras intentaba al mismo tiempo conquistar Gran Bretaña, con el riesgo de perder prácticamente todo el ejército en este intento. Mahoma solo se atrevía cuando sabía que podía ganar y no daba el siguiente paso hasta no haber asegurado la victoria anterior.

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