Saturday 8 August 2015

23 El Final del Mundo



Mahoma explicó a sus seguidores lo que pasaría al final del mundo. Ese día no llegaría hasta que todos se hubieran convertido al islam. Una vez que eso suceda, los dhimmis restantes serán asesinados por los musulmanes. Los judíos se esconderán bajo las piedras y detrás de los árboles, pero piedras y árboles tendrán boca para avisar a los musulmanes que irán a matarles. Hasta que ese día llegue, los musulmanes creen que yacerán en la tumba despiertos y conscientes, esperando el Día del Juicio Final para poder entrar en el paraíso.
Los únicos que pueden ascender directamente al cielo son los mártires que mueren por la yihad y sus familias. Una madre musulmana con una gran familia tiene pues un incentivo poderoso para animar a que uno de sus hijos muera como mártir. Su muerte se convertirá en un pasaporte al cielo para ella, su marido y el resto de sus hijos. La alternativa (ser enterrados en vida mientras se espera a que el resto del mundo sea conquistado) es bastante menos atractiva. Este es el motivo por el que los musulmanes nunca permiten la incineración de los muertos.

Extracto del Hadiz Sahih Bukhari:
B4:52:177 Narrado por Abu Huraira:
El apóstol de Alá dijo: «Aún no se ha establecido la hora en la que lucharéis contra los judíos, y la piedra tras la que se oculten dirá: "¡Musulmán! Aquí está un judío escondido, mátalo"».

Extracto del Hadiz Sahih Muslim
41:6985 Abu Huraira informó que el Mensajero de Alá (la paz sea con él) dijo:
La última hora no llegará a menos que los musulmanes luchen contra los judíos y les maten, hasta que se oculten tras una piedra o un árbol y estos dirán: «musulmán, siervo de Alá, hay un judío detrás de mí, ven y mátalo». Lo harán todos los árboles salvo el Al Gharqad, porque es el árbol de los judíos.

El islam anima a los musulmanes a luchar hasta conquistar a todos, lo que dará paso al final del mundo. Cuando llegue la hora, todos los verdaderos musulmanes ascenderán al cielo. Aquellos que se negaron a participar en la yihad se enfrentarán al castigo de Alá y serán reemplazados por otros más serviciales.

Extracto del Corán:
9:5 Cuando hayan transcurrido los meses sagrados (la costumbre árabe antigua dice que hay cuatro meses sagrados en los que no puede haber violencia), entonces matad a los kuffar dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles!, ¡sitiadles!, y preparad para ellos todas y cada una de las emboscadas. Pero si se arrepienten, se convierten al islam, rezan los rezos islámicos, y dan la limosna, entonces dejadles libres. Alá es indulgente, misericordioso.

9:38 ¡Creyentes! ¿Qué os pasa? ¿Por qué, cuando se os dice: «¡Id a la guerra por la causa de Alá!» permanecéis clavados en tierra? ¿Preferís la vida de este mundo a la otra? ¿Qué es el breve disfrute de la vida de este mundo comparado con la otra vida? Si no vais a la guerra, os infligirá un doloroso castigo. Hará que otro pueblo os sustituya, sin que podáis causarle ningún daño. Alá es omnipotente.

Si ha leído hasta este capítulo ya se ha dado cuenta de que esta guerra (la yihad) no ha terminado. De hecho, continúa hoy en día pero de un modo más discreto (al menos en Occidente). Si la historia islámica pasada nos sirve de guía, esto podría ser el precursor de una yihad completamente militarizada, lo que no es algo que se pueda conseguir dentro de las fronteras de las naciones occidentales.

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