Saturday 8 August 2015

27 Una Yihad Más Suicida



B4,52,65 Un árabe del desierto vino al profeta y dijo: «Mensajero, un hombre lucha por el botín de guerra, otro lucha para ser recordado y un tercero lucha para poder ser visto en su elevada posición conseguida por el valor de la lucha. ¿Cuál de ellos lucha por la causa de Alá?» El profeta dijo: «Aquel que lucha para exaltar la palabra de Alá (el islam), lucha por la causa de Alá».
I791 Mahoma envió un ejército de tres mil hombres a Mutah poco después de regresar de La Meca. Mutah se encontraba al norte de Medina, cerca de Siria. Cuando los musulmanes llegaron, se encontraron con un gran ejército bizantino. Los yihadistas se detuvieron dos días para debatir. No les habían enviado para luchar contra un ejército profesional. ¿Qué debían hacer? Muchos querían escribir a Mahoma para explicar la nueva situación. Si él quería que atacasen, entonces así se haría. Si quería enviar refuerzos, eso estaría bien. Pero uno de ellos dijo: «Hombres, os quejáis de aquello que habéis venido a hacer. Morir como mártires. El islam no pelea por números o fuerza, lo hace por el islam. ¡Vamos! Solo nos esperan dos resultados: la muerte o el martirio. Los dos son buenos. ¡Avancemos!»
I796 Los musulmanes fueron arrasados. Los cristianos bizantinos eran profesionales y les superaban en número. No eran mercaderes de La Meca. Mahoma dijo que los tres comandantes musulmanes habían ido al cielo en lechos de oro. Pero el lecho del último comandante se había girado ligeramente al acercarse al cielo porque él se había detenido antes de lanzarse a la destrucción. No era un mártir del todo. Aun así, Mahoma lloró todos los muertos. Esto no era frecuente porque había prohibido el exceso de luto por aquellos que morían por la yihad.

Comentarios del autor:
Aunque Mahoma era un comandante militar muy capacitado, la principal estrategia de la yihad no se basaba en una estrategia militar superior: su habilidad para inspirar a sus seguidores al valor suicida en batalla. Si combinas eso con el hecho de que el islam podía reemplazar a los soldados caídos por otros por su elevada tasa de natalidad y el infinito compromiso con el conflicto, vemos el motivo por el que el islam terminaba por ganar casi todas las batallas en las que participaba. Es interesante mencionar que si bien en este punto de la historia los bizantinos eran mucho más poderosos que los musulmanes, esto últimos acabarían por triunfar y asumir el control de su imperio.
Mahoma siguió su yihad sin reducir la intensidad hasta su muerte, nueve años después de la llegada a Medina. En ese momento, ya era el rey de toda Arabia, sin que quedase un solo enemigo en pie. Durante estos nueve años, había luchado de media en una batalla cada siete semanas. Antes de su muerte, envió cartas a los poderosos emperadores de los persas y los bizantinos, diciéndoles que tenían que convertirse al islam o sufrirían las consecuencias. Seguramente, ellos se rieron por la arrogancia de las cartas. Sin embargo, escasas décadas después, cada uno de esos imperios fue conquistado por los musulmanes que empleaban las tácticas de la yihad de Mahoma. Cierto es que los métodos se refinarían con el tiempo, pero los principios son los mismos incluso hoy en día.

Reglas de la yihad:
1)      La yihad cuenta con la aprobación de Alá. La máxima autoridad; siempre está justificada.
2)      Nunca debes tolerar ninguna norma o limitación, el fin justifica cualquier medio, independientemente de lo impactante que sea. La yihad puede ser cualquier tipo de acción que permita al islam avanzar o que debilite a los kuffar, ya sea un grupo o un individuo. Incluso donar dinero para financiar la yihad de otros es también un tipo de yihad.
3)      Siempre hay que hacerse la víctima. Mahoma distorsionó su situación. Aunque había sido él el que atacó a personas inocentes sin provocación previa, les acusó a ellos porque habían impedido que otros se convirtieran en musulmanes y además habían venerado ídolos. Por lo tanto, el ataque era su culpa y los musulmanes eran las víctimas, no los kuffar.
4)      Repetir esto una y otra vez y la gente acabará por creérselo. Si eres capaz de convencer a la víctima para que acepte la culpa, ya has ganado, porque la represalia necesita una cierta injusticia. Si la víctima acepta la culpa, empezará a odiarse.
5)      Inspira a tus seguidores hacia el valor suicida y fanático.
6)      Engaña al enemigo (los kuffar) siempre que sea posible para garantizar la victoria.
7)      Nunca te rindas, incluso cuando pierdas.
8)      Nunca jamás permitas las críticas a Mahoma, Alá o el islam, acaba con la libertad de expresión.

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