Saturday 8 August 2015

4 Emigración a Medina



Una vez al año, gente de toda Arabia acudía a La Meca a una fiesta religiosa. Muchos empezaron a oír hablar sobre Mahoma y deseaban escucharle predicar. De este modo, obtuvo nuevos seguidores que provenían de otras zonas. Un grupo vino desde Medina, una ciudad al norte de La Meca.
En Medina había cinco tribus, tres judías y dos árabes. Por lo general, las tribus judías eran más ricas y contaban con una mejor educación. Las tribus árabes se peleaban entre sí y también con los judíos, lo que había provocado el derramamiento de sangre.
Algunos de los árabes de Medina que se habían convertido al islam invitaron a Mahoma y a sus seguidores a que fueran a Medina. Pensaban que podría ser una influencia que les unificase, alguien capaz de traer la paz a las tribus.
Al año siguiente, cuando volvió a tener lugar la peregrinación, Mahoma se llevó a los visitantes de Medina a Aqaba, una ladera fuera de La Meca. Allí, les hizo prestar juramento, lo que se conocería como el Juramento de Aqaba. El gesto suponía comprometerse a luchar hasta la muerte en servicio de Mahoma y a cambio de esto recibieron la promesa del paraíso. Fue la primera vez que las enseñanzas de Mahoma hablaban de la amenaza de matar y esta fecha también coincide con el inicio del calendario islámico.
Los Quraish no tardaron en enterarse y prepararon un plan para asesinar a Mahoma. Supusieron que si no actuaban ya, Mahoma regresaría con un ejército de Medina y les declararía la guerra. La mayoría de los seguidores de Mahoma se había marchado ya a Medina y con su tío muerto, no quedaba nadie para protegerle. Mahoma se enteró del plan y huyó a Medina. Se ocultó en una cueva durante tres días hasta que pasó la amenaza y luego continuó su camino en un viaje que duró diez días.

Comentarios del autor:
En este punto de la historia, Mahoma ya llevaba 13 años como profeta y había completado algo más de la mitad de su carrera como líder religioso. Contaba con aproximadamente unos ciento cincuenta seguidores, la mayoría de los cuales eran pobres y no habían recibido educación alguna, pero también había conseguido ganarse muchos enemigos poderosos.
Aunque Mahoma había amenazado constantemente a sus enemigos (es decir, cualquiera que no aceptase que él era el único profeta de Dios) con castigos en la otra vida, sus enseñanzas eran esencialmente religiosas. Básicamente trataban sobre cómo tenían que interactuar los musulmanes con Alá o con otros musulmanes, no eran enseñanzas políticas (cómo tenían que interactuar con los no musulmanes). El islam tenía la costumbre de dividir las cosas y el Corán no es una excepción: está dividido en el Corán de La Meca, que es principalmente un texto religioso, y el Corán de Medina, que es de naturaleza política.
En el último capítulo he hablado sobre el hecho de que los musulmanes están obligados a seguir las enseñanzas y tradiciones de Mahoma. Me gustaría añadir una serie de importantes salvedades o de lo contrario empezará a decir que conoce a un musulmán que no hace eso o cómo es posible que la mayoría de musulmanes no hagan eso.

1)      No todos los musulmanes siguen de forma devota todos los preceptos de su religión, como pasa en cualquier otro credo. Algunos son muy devotos, otros no. Un musulmán puede comportarse de un modo que vaya contra las enseñanzas del islam, por ejemplo si bebe alcohol. Esto no significa que el islam diga que no pasa nada por beber, no es más que el hecho de que no todo el mundo sigue las normas todo el tiempo. El islam puede influenciar a los musulmanes, pero los musulmanes no pueden influenciar al islam.
2)      Mientras los musulmanes deberían seguir el ejemplo de Mahoma, hay una serie de comportamientos que Mahoma adoptó en su día para conseguir sus objetivos. Estos dependían en gran medida de las circunstancias; si quisiera ser amable, aquí diría que él fue un «oportunista». Explicaré esto en detalle durante el libro, puesto que es relevante. Si bien muchos musulmanes no siguen los métodos menos agradables de Mahoma, todo apunta a que la mayoría sí comparte sus metas.
3)      Los musulmanes en general desconocen en gran medida los detalles de su religión y esto no es así por casualidad. La mayoría de musulmanes no habla árabe, sin embargo, sus libros están escritos en árabe arcaico y los estudiosos del islam insisten en que estos libros no se pueden traducir. Esta es una de las razones por las que, hasta hace poco, era realmente difícil comprender estos libros (o incluso saber cuáles de los libros eran importantes) a menos que te lo enseñasen los estudiosos islámicos.


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