Saturday 8 August 2015

6 Los judíos caen en desgracia



Los escasos judíos que vivían en La Meca no sabían mucho sobre la religión. Cuando Mahoma aseguró ser un profeta judío, no lo pusieron en duda. En Medina había más judíos y contaban con rabinos y expertos en el judaísmo. Debido a esto, Mahoma tuvo que hacer frente a preguntas serias sobre sus creencias y no fue capaz de convencer a los judíos de que era uno de sus profetas. Ellos se daban cuenta de que el Corán no tenía relación alguna con sus escrituras.
Esto enfureció a Mahoma, que empezó a desacreditar a los judíos, diciendo que habían falsificado las escrituras. Afirmó que habían eliminado la parte en la que se anunciaba su llegada. Aunque, el mensaje del Corán es tan distinto al de la Torá (la Biblia judía o el «Antiguo Testamento») que es imposible que el dios de los judíos sea el mismo que Alá en el Corán. También acusó a los cristianos de falsificar la Biblia. Lo curioso es que existen copias de la Biblia y de la Torá muy anteriores al nacimiento de Mahoma y son las mismas copias que tenemos en la actualidad.
El odio hacia los judíos formaría parte de la religión del islam a partir de este momento. De hecho, la biografía de Mahoma contiene más odio hacia los judíos que Mein Kampf[1]de Hitler. Hasta este punto, Mahoma le había dicho a sus seguidores que orasen mirando a Jerusalén, pero cambió de opinión y les dijo que debían orar en dirección a la Kaaba en La Meca. Empezó a criticar duramente a los judíos y cristianos y el Corán asegura que Alá les convertirá en cerdos y monos.



Las niñas esposas
Poco después de llegar a Medina, Mahoma consumó su matrimonio con Aisha, que ya tenía nueve años. Mahoma aceptó de mala gana que tuviera sus muñecas en el harén. Esta fue una decisión complicada para él porque odiaba las imágenes de cualquier tipo, lo que incluía cualquier clase de escultura o cuadro. La edad de Aisha en esta época se ha verificado a través de una serie de hadices fiables. Hay algunos de los hadices menos fiables que contradicen esto y son los que emplean en ocasiones los musulmanes que niegan la acusación de que Mahoma era un pedófilo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el manual venerado de la Ley Sharía (basado en el ejemplo de la vida de Mahoma) da instrucciones para divorciarse de una esposa que aún no ha llegado a la pubertad[2].

Extracto del hadiz sahih Bukhari:
B5, 58,234 Mahoma se prometió conmigo cuando yo [Aisha] era una niña de seis años. Fuimos a Medina; luego enfermé y se me cayó el pelo. Después el pelo creció de nuevo y vino mi madre, Um Ruman, mientras jugaba en un columpio con amigas. Me llamó y fui a su encuentro, sin saber qué quería. Me sujetó la mano y me llevó a la puerta de la casa. Me quedé sin aliento y cuando pude respirar de nuevo, trajo agua y me lavó la cara y la cabeza.
Entonces me metió en la casa. Allí vi a mujeres ansari (ayudantes)
que dijeron: «Los mejores deseos, las bendiciones de Alá y buena suerte».
Luego me dejó con ellas y me prepararon para el matrimonio. De repente, Mahoma vino por la mañana y mi madre me entregó a él. Entonces era una niña de nueve años.N.T.

Comentarios del autor:
Fecundismo: (palabra que proviene de fecundidad) es la política de promover de forma intencionada una elevada tasa de natalidad en un grupo de personas con el objetivo de aumentar su número y, por ello, su poder político. (Fuente consultada en inglés: Wikipedia)

Por supuesto, es fácil caer en la tentación de emitir un juicio moral sobre lo que es correcto y lo que no lo es en esta situación. Si aplicamos los estándares modernos (occidentales), lo que hizo Mahoma es tanto repugnante desde un punto de vista moral como completamente ilegal, si bien ha habido muchas sociedades en las que la edad de consentimiento ha sido inferior a la que tenemos hoy en día. Puede que nueve años nos parezca el límite más extremo a este respecto pero en Arabia en el siglo VII este acto no causó ninguna controversia, por lo que debía cumplir con las normas de la sociedad en la que vivía Mahoma. También siento la obligación de señalar que hay un buen número de hombres que se han autoproclamado santos y que han utilizado su posición para mantener relaciones sexuales con menores. Si esto hubiera sido lo peor que hubiera hecho Mahoma, seguramente ahora no estaría escribiendo esto.
Como verá en breve, desde que se proclamó profeta, el objetivo principal de Mahoma parece ser el de conseguir ser aceptado por todos como el único profeta de Dios. Cada aspecto de su vida y religión se centra en este objetivo. Aunque el considerable apetito sexual de Mahoma queda documentado en los libros sagrados del islam, es necesario verlo dentro del contexto de la expansión política y militar para comprender su actitud hacia las mujeres y el sexo. Puede que parezca que esto no es más que una mera especulación, pero a medida que se desarrolle la historia en este libro, otras piezas del puzle empezarán a encajar y esclarecerán las dudas a este respecto.
Mahoma no fue el primero en usar el fecundismo y, desde luego, no ha sido el último. La iglesia católica es uno de los mejores ejemplos de este tipo de políticas. El presidente Mao lo usó con mucho éxito, aunque los siguientes líderes chinos se vieron obligados a implantar la política de «un solo hijo», para prevenir las consecuencias negativas de la sobrepoblación, como son el hambre, la pobreza y el hacinamiento.
Al islam no le preocupan estas consecuencias, que son elementos distintivos de la mayoría de sociedades islámicas.
El hacinamiento ha llevado a los musulmanes a emigrar siempre que pueden, para establecerse en nuevos territorios donde poder empezar de nuevo. Esta ha sido parte de la estrategia del islam desde la hégira o emigración a Medina. Antes de que resuma las maneras en las que el islam consigue esta elevada tasa de natalidad, me gustaría centrarme en lo que el islam tiene que decir sobre el puesto que ocupa la mujer en la sociedad islámica. La siguiente sección la he extraído de un artículo de Bill Warner del Centre for the Study of Political Islam.

El mejor modo de aprender qué es la Ley Sharía es examinar las leyes. La mejor fuente es el texto en inglés Reliance of the Traveller, traducido por Nuh Ha Mim Keller para Amana Publications en 1994. La Sharía está organizada con un diseño esquemático y cada caso citado a continuación tendrá un número índice de referencia.

Matrimonio a la fuerza
Se puede obligar a una mujer a casarse con alguien que no sea de su agrado.

M3.13 Siempre que la novia sea virgen, el padre o el padre del padre puede casarla sin su consentimiento, aunque se recomienda pedírselo si ya ha llegado a la pubertad. El silencio de una virgen es considerado consentimiento.

Sexo a la fuerza
La esposa debe mantener relaciones sexuales siempre que el marido se lo pida.

M5.1 Es obligatorio para la mujer dejar que su marido mantenga relaciones sexuales con ella de inmediato si:
(a) se lo pide;
(b) está en casa;
(c) físicamente puede hacerlo.

Pegar a una esposa
El Corán dice que se puede pegar a una esposa. Mahoma recomendó pegar a las mujeres en su último sermón en La Meca. Esto es lo que dice la Sharía:

Cómo tratar con una mujer rebelde
M10.12 Cuando un marido observa signos de rebeldía en su esposa, bien de palabra cuando le responde con frialdad si antes lo hacía con educación, o cuando la invita a su cama y ella se niega, siendo esto contrario a la costumbre; o si lo hace de acto, cuando se muestra reacia con su marido a pesar de haber sido antes amable y alegre, puede dar un aviso de palabra sin apartarse de ella o pegarla, puesto que puede haber un motivo.
El aviso puede servir para decir:
«Teme a Alá por las obligaciones que me debes», o puede explicar que la rebeldía anula su obligación de mantenerla y darle un turno entre las otras esposas, o puede servir para informar: «La religión te obliga a que me obedezcas, es obligatorio por religión».
Si es rebelde, él no yace con ella (mantiene relaciones) sin mediar palabra y puede pegarla, pero no de un modo que produzca herida: no puede dejar moratones, ni huesos rotos, ni heridas, ni derramar sangre. La ley no permite golpear a alguien en el rostro. Puede pegarla si es rebelde una vez o si lo es más de una vez, aunque hay voces que opinan que solo puede pegarla si la rebeldía se repite.

Echemos un vistazo al modo en el que esto afecta a la tasa de natalidad de la sociedad musulmana.
1)      Dado que la Ley Sharía sigue el ejemplo de Mahoma, la edad mínima de consentimiento sería de nueve años. El gobierno de Arabia Saudí está intentando (en 2013) que la edad mínima para casarse sean los dieciséis años. Esto probablemente se debe en parte a una sensación de vergüenza y a la presión internacional, y aun así se está enfrentando a la oposición de todas las autoridades religiosas con poder (a fecha de hoy no existe una edad mínima para casarse en Arabia Saudí[3].
2)      En las sociedades islámicas, el honor de la familia es fundamental y depende en gran medida de la moralidad sin tacha de sus mujeres. Si uno casa a las hijas lo antes posible, reduce la posibilidad de que se produzcan actos indecorosos antes del matrimonio.
3)      Las niñas no tienen apenas poder para opinar al respecto.
4)      Una vez se ha casado, la chica no puede negarse a mantener relaciones sexuales con su marido, excepto en circunstancias extremas.
5)      Las sociedades islámicas no ven con buenos ojos el uso de anticonceptivos. El islam fomenta las familias numerosas como el objetivo más deseable.
6)      La predestinación es una creencia central del islam. Todo ha sido ya planificado por Alá y nada de lo que hagamos va a cambiar su plan. Por lo tanto, no es necesario preocuparse por proporcionar a los hijos lo que necesiten. Cuando preguntas a los musulmanes quién cuidará de sus hijos, es frecuente que respondan «Alá proveerá».
7)      Un musulmán puede llegar a tener hasta cuatro esposas. Una mujer en edad fértil que se queda viuda, por el motivo que sea, debe casarse de nuevo. La tasa de natalidad no se vería afectada en gran medida aunque hubiera una guerra en la que participase un grupo musulmán y, debido a la misma, muriesen tres cuartas partes del total de hombres musulmanes.

En teoría, una mujer se puede llegar a casar a los nueve años y puede estar embarazada desde ese momento en adelante. Para cuando cumpla veinte, que es la edad en la que las chicas no musulmanas suelen tener a su primer hijo, una chica musulmana ya habrá tenido diez niños y estará esperando su primer nieto. Por supuesto, la realidad no es esta debido a factores como la elevada tasa de mortalidad en menores de un año y en las mujeres. En algunos países islámicos esta situación se ha exacerbado, de manera ruin, al no permitir que transcurra un tiempo de descanso entre los partos.
Aunque ninguno de estos puntos es obligatorio, el islam ejerce un mayor control sobre sus seguidores que otras religiones. La iglesia católica también fomenta una elevada tasa de natalidad, pero en Italia, hogar de la iglesia, la tasa de natalidad es una de las más bajas del mundo. En una sociedad gobernada por la Ley Sharía, la presión por seguir las normas es muy fuerte, pero incluso podemos verlo en aquellos musulmanes que viven en países occidentales. En Francia, donde aproximadamente el 10 % de la población es musulmana, casi un tercio de los bebes que nacen son musulmanes. Ahora que las personas nacidas durante el baby boom están empezando a morir, vamos a ver importantes cambios demográficos en Occidente, cambios que favorecerán a las poblaciones musulmanas.
Si bien no todos los países islámicos promueven en la actualidad el crecimiento incontrolado de la población, es fácil ver la tendencia si observamos las estadísticas de población mundial.




Extracto del New York Times:
Associated Press Gaza[4]
Hanan Suelem quería abortar tras el séptimo embarazo, pero los clérigos islámicos le dijeron que «mataría un alma». Les dijo que su alma moría. «Después de este, no más, nunca», dijo sin apenas voz. «Ahora sé lo que es un DIU». Las escuelas de la zona tienen entre dos y tres turnos para hacer frente a la creciente población palestina. Se espera que la población de Gaza, que ahora es de 1,1 millones de habitantes, se duplique en 2014. La mitad son menores de 15 años. Ya es una zona atestada, con poco empleo, casas que no están acondicionadas a la realidad y prácticamente sin recursos naturales. La población de Cisjordania y Gaza supera los tres millones y podría alcanzar los 5,5 millones de habitantes en catorce años. La tasa de fecundidad es de siete hijos por mujer. Casi todos los bebes sobreviven y la esperanza de vida media entre los adultos llega a los 73 años.
Muchos jóvenes palestinos no quieren que sus hijos sufran como ellos en familias pobres y demasiado grandes, pero la familia numerosa no es solo tradición, sino un motivo de orgullo nacionalista y un modo de superar en número a los israelíes en el territorio que los dos grupos comparten. Por suerte, los responsables de sanidad y educación apoyan la planificación familiar sin llamar demasiado la atención a través de clínicas y actividades de divulgación ciudadana. Se enseña a las mujeres cuáles son los diferentes métodos anticonceptivos que acepta el islam, es decir, prácticamente todos menos los que suponen un efecto permanente como la esterilización o la ligadura de trompas. El DIU y la píldora anticonceptiva van ganando adeptos. Los responsables de sanidad mencionan con mucho cuidado ideas como «espaciar» los embarazos, dado que sugerir límites a la ampliación de la familia iría en contra de las enseñanzas islámicas. A las mujeres se les dice que está escrito en el Corán que Dios ordenó a la mujer amamantar durante dos años. La media en Cisjordania es de 5,6 hijos por mujer, si la comparamos con Israel, que apenas tiene 2,7 hijos por mujer (la media en el mundo), vemos que la población de Gaza crece por encima del 4 % anual mientras que Israel solo crece un 2 % al año, incluyendo un elevado nivel de inmigración. Hay sectores en Palestina que reclaman una ley que aumente la edad mínima para casarse, dado que la mitad de las mujeres palestinas se casan antes de cumplir dieciocho años y es legal que lo hagan desde que tienen quince en Gaza y diecisiete en Cisjordania.

Nota del autor:
En 1948 la cifra de refugiados árabes era aproximadamente de 170.000 personas, (en esa época no se les denominaba «palestinos»). Hoy, el total llega casi a los 5 millones de refugiados.




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[1]  Análisis estadístico de textos sagrados del islam del Centre for the Study of Political Islam
[2] Reliance of the Traveller traducido por Nuh Ha Mim Keller para Amana Publications, 1994.
[3] http://globalpublicsquare.blogs.cnn.com/2013/05/27/will-saudi-arabia-end-child-marriage
[4] 24 de Febrero, 2000, NY Times. Cramped Gaza Multiplies at unrivalled Rate.

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